Punto Rojo 61

Xóchitl Gálvez entró a la campaña presidencial para intentar vencer al actual régimen y poder gobernar el País. Sigue muy lejos de esa meta, según todas las casas encuestadoras. Necesita ubicarse en su realidad y tomarse muy en serio lo único que ha ganado: la candidatura del principal bloque opositor. Si eso le basta y la hace muy feliz, bien. Que siga bailando en los estrados de las ciudades y dando saltitos de infante para regocijo de los opositores, sus bots y trolls que hacen festín con ese tipo de imágenes. Lo lamento por todos los ciudadanos que no quieren más Cuarta Transformación, por los que ni siquiera saben si el otro se pronuncia Máynez o Maynez y que esperaban poder confiar en ella la Presidencia de la República. ¿Muy temprano para dejarlos sin esperanzas? Sí. Pero así será si Xóchitl continúa desperdiciando sus días de campaña con cosas tan erradas como las vistas en los primeros cinco. Y de esto no puede culpar ni a AMLO ni a Claudia Sheinbaum ni a las encuestas. Y es que de verdad no imagino a nadie decidiendo su voto por el tamaño de inodoro que podrá tener en casa. Sí es su convicción, bien, que los meta dentro de un programa de gobierno, pero primero que se asegure de llegar. ¡Y qué decir del pacto de sangre para garantizar que no quitará la pensión de adultos mayores! Le dio leña pura a los más virulentos, quienes pronto hicieron tendencia el hashtag de #Narcosatánica. Su oferta de bajar a 60 años la edad para el apoyo económico quedó opacada. ¿El tamaño del inodoro es tema para una campaña presidencial, de verdad? ¿Apostarle a la sangre dará votos en un país donde se ha derramado tanta en los últimos cuatro sexenios? ¿A qué elector quiere llegar? ¿Cómo lo va a convencer? Piénselo candidata, está a tiempo.
Al Doctor Carlos Lomelí ya se le van haciendo costumbre los arranques de campaña en falso y los pataleos sin resultados. El morenista tenía planes de iniciar su campaña por el Senado el lunes, en el centro tapatío después de una conferencia de prensa matutina. Canceló de última hora. Otro arranque en falso, al igual que en 2021, cuando buscó la Alcaldía de Guadalajara. Rayando la medianoche de este domingo avisó de la cancelación de ambas actividades, en un escueto mensaje en sus redes. Ni modo, a regresar al ropero las camisetas guindas, los banderines y las matracas. Podríamos pensar que traía algún cuadro de agotamiento por andar de mitin en mitin con la candidata Presidencial Claudia Sheinbaum todo el fin de semana. O que la insolación le pasó factura, pues ese día estuvo con ella a pleno rayo de Sol, en los eventos en Jalisco. Pero creo que más bien le ganó enojo, pues ya entrada la noche del domingo el habilidoso ex panista Chema Martínez fue registrado como candidato por la Alcaldía de Guadalajara y Laura Imelda Segura por la de Tlaquepaque y no sus favoritas María Padilla Romo y Érika Ramírez. Parece que el intento de chantaje a la candidata presidencial lo está pagando caro, ese de exigir 32 candidaturas de Presidencias Municipales, asó como diputaciones federales y locales para su grupo, que conocimos por un audio filtrado. En él también le escuchamos decir que si Sheinbaum no le cumplía con las cuotas, botaría la Senaduría, que no la necesitaba. Si dinero tiene y de sobra, ¿qué necesita exactamente el Doctor? ¿Un cargo de mayor influencia? ¿Más poder político? Ese lo podría haber amasado ya en los 18 años que lleva intentando ganar elecciones en Jalisco, pero la habilidad política es algo que no se compra con dinero. De cumplir con lo dicho en ese arrebato ante simpatizantes, tendría que dejar la candidatura. ¿Pero quién -a estas alturas del proceso- le dará acceso al poder, la influencia o un espacio que supere la candidatura al Senado que hoy tiene amarrada? La pérdida de dignidad la tiene asegurada si el enojo lo lleva a unirse a quienes más lo han adjetivado, acusado de corrupción y de vínculos con el narcotráfico. Y esa, la dignidad, tampoco se compra con dinero.

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